jueves, 19 de diciembre de 2013

Ey, cuanto tiempo. Supongo que nadie va a leer esto, así que está bien si lo escribo aquí. El diario es para mis loqueros, por lo que necesito soltar esto en otro lado.

Se supone que no tengo internet, pero bueno, tampoco nadie se ha encargado de comprobar que sea así.

Estoy de hospitales y psicólogos (los llamo loqueros, cariñosamente, claro) ahora mismo. Estoy en la unidad de transtornos alimenticios. Fui al hospital porque mi cuerpo no pudo más y me desmayé, después de unos análisis y recuperar mis pulsaciones de las 17 a las 50, me dejaron ir dándome cita con los loqueros especialistas en esas cosas. Y ahí estoy.
Cuando fui al hospital pesaba 41,5 kg, y a pesar de comer algo durante la semana (no digo que fuera mucho, pero he llegado a estar 5 días sin comer, así que era algo) cuando llegué a manos de los loqueros y me pesaron había llegado a los 41. Una semana de dietas y conseguí 200 gramos. Una semana después con una dieta más fuerte y lo he perdido todo, llegando a pesar menos que cuando llegué. No sé cuánto, porque no te dicen esas cosas ni te dejan mirar cuando te pesan, pero tampoco creo que lo necesite. Debo estar en los 40 y algo kilos, el sueño de toda anoréxica hecho realidad, vaya.

La mierda es que me he estado esforzando. Es decir, tal como lo cuento debe parecer fácil, pero realmente no lo es. Hay días donde en la comida me he derrumbado, he acabado llorando y no he querido tomar nada más. Acabo recuperándome, porque bueno, tengo que hacerlo.  Mi novio está siempre apoyándome. Él es adorable.
Estos días están siendo horribles, porque si el viernes hay camas suficientes, me ingresan. Estoy en lista de espera para eso, ¡yupi! Así que para coger peso, porque acabaré en una maldita cama de hospital, me hacen tomar frutos secos y dos batidos bastantes fuertes al día. Estoy bastante llena todo el rato y a veces quiero vomitarlo todo. Aunque no soy bulímica y nunca he vomitado, simplemente lo pienso.
Así están las cosas. Creo que es una mierda por eso. Es decir, si tú no comes y no te esfuerzas por mejorar, es normal que acabes ingresado en el hospital porque no quieres solucionar tu problema y vas a acabar mal. Pero yo quería recuperarme en casa. Mis loqueros dicen que no debo preocuparme, que hay veces que no funciona. Ellos dicen que algo en mi estómago debe ir mal y por ello no mejoro, pero que no pueden dejarlo pasar y ahora deben de cuidarme allí.

En fin, solo necesitaba soltarlo, porque ahora tampoco tengo móvil ni puedo salir a la calle, y eso que me gusta la Navidad.

También creo que no todas las personas que tienen problemas con su cuerpo llevan ropa holgada. Yo no la llevo siempre, y he visto a las chicas de ahí, cada una es un poco diferente. Quiero decir, realmente mi cuerpo no me agrada mucho, sobre todo mi tripa, pero me gustaba cuando adelgazada y me miraba y no me sentía tan mal. Me gustaba cuando estaba tres días sin comer y me ponía una camiseta ajustada o unas calzas, y me sentía bonita.
Realmente espero que mi cabeza se recupere y no esté rota siempre. Porque es difícil. Al fin y al cabo, todo esto está dentro de mi mente. Me gusta dibujar, pintar, hacer manualidades y distraerme. Leer es más difícil. Y estudiar, bueno... Llevo un mes sin poder ir a clase, así que no estudio mucho ahora, y eso que mis notas eran buenas.

Con todo mi corazón deseo que las cosas mejoren. Estar en el hospital tiene que ser tan aburrido...

miércoles, 1 de mayo de 2013

Así, un poco

Sigo corriendo en círculos, llegando al mismo sitio, sin continuar ni avanzar, con los mismos miedos que hace años. ¿Y para qué? Para nada, para acabar en un punto que no desemboca en ninguna parte y del que no sé salir, o sé pero no estoy con motivación suficiente para hacerlo, pues cada vez que empiezo me quedo a mitad de mi tarea y lentamente acabo en el punto de inicio. Así una y otra vez.
Tengo miles de cosas que deseo decir y al mismo tiempo ninguna, porque no sé si las siento, porque no sé si las sienten. Echo de menos que algunas cosas sean como antes y que otras se queden como están, sería mucho más perfecto todo si fuera así. Me he negado miles de sentimientos que se quedan encerrados y no salen, no lloran, no ríen, no continúan. Simplemente permanecen mitad vivos, mitad muertos.
Ojala pudiera deshacer los cabos sueltos que he ido dejando, cada uno de ellos, a la vez y al mismo tiempo por separado, pero sé que no seria capaz de llevarlos todos. Quiero y no quiero. Y lo que de verdad deseo, lo que he estado anhelando todo este tiempo y por fin he conseguido, está mal visto por la mayoría de las personas que me importan. Así que a aquellos que no les gusta me dan igual, y los que lo aceptan están ahí, como siempre, esa única persona, realmente. Pero por otra parte sé que esa mayoría que piensa que soy un poco tonta, es porque soy un poco tonta. No tengo ni un cuarto de la vida de muchos, más me vale ser así, algo estúpida ahora, y no cuando crezca.

Ojala aquellos a los que no les digo lo que siento, esos a los que echo de menos, sepan que soy así, un poco tonta, pero en realidad les quiero.