miércoles, 11 de enero de 2012

Deseos de cosas imposibles

De pequeños a nuestros queridos Reyes Magos o a Papá Noel solemos pedirles cosas como peluches, juguetes, castillos, coches... Y esperamos impacientes que traigan nuestros regalos.
Pero si de verdad ahora existieran esos hombrecitos mágicos que satisfacen todos los deseos, ¿qué les pediríamos? Tan solo un deseo.
"Quiero un portátil", imaginároslo, puedes desearlo en ese instante; pero si el día de mañana un miembro de nuestra familia se pone muy enfermo, ¿no preferiríamos haber invertido nuestro deseo en algo más útil y menos material?
Seguro que lo quieres ahora, y te apetece el capricho de tenerlo, ¿pero acaso es eso lo que va a llenar lo que desea tu corazón? ¿Qué es lo que anhelas realmente?
Sé sincero contigo mismo, ¿es algo material lo que te gustaría u otra cosa?
Algo, digamos, más imposible.

Ahora comienza mi reflexión, el debate que tiene mi cabeza sobre dos deseos... Y creo que sé cuál va a ganar.
Una de las cosas que siempre he querido y pedido de todas las formas posibles que se cumpliera es que volviera mi madre. Me gustaría tanto que estuviera aquí conmigo...
Pero pensando en todo lo que se podría lograr con el privilegio de tener un deseo, sé que conseguiría muchas más cosas con otro y haría más bien... Que se acabara el maltrato animal.

Sería algo duro tener que llegar a ello y renunciar a lo que una gran parte de mi corazón quiere, pero es una vida a cambio de miles.
No conozco a todos esos animales que sufren, pero sé que lo que pasa solo uno de ellos es mayor que todo mi dolor, y seguramente también que las calamidades que pueda pasar.
Dejar el egoísmo a una parte... Podéis pensar que es sencillo, incluso lo podréis decir; pero en situaciones como esta es de lo más complicado que puede pasarte.

Desgraciadamente no creo que algo así sea posible nunca, se necesitaría la colaboración de tantos a los que le importan otros tan poco... Pero me gusta tener la bonita idea entre mis manos y moldearla como desee.

Todo esto son caminos por senderos imaginados, donde puedes soñar. Otro "¿y si...?" más que te lleva a recónditos lugares de tu mente aún sin despertar.
Reflexiona, déjate llevar, medita y rectifica.

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