miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Y si yo no fuera quién ahora soy?

Vaya, me siento un tanto estúpida escribiendo esto... ¿Habéis pensado alguna vez en haber nacido en otro sitio, o si las cosas hubieran sucedido diferentes? Yo sí, al menos. He pensado en qué pasaría si no hubiera nacido en esta familia, si mi padre hubiera sido otro. Y ese otro no es ni más ni menos que Alberto, una persona a la que quiero y aprecio muchísimo, todo hay que decirlo.
Al principio todo eran cosas buenas, pero a medida que mi cabeza daba vueltas empecé a pensar en lo malo de tenerle como padre. Te pido perdón, Alberto, por si alguna vez da la casualidad de que lees esto, te explicaré el porqué mas adelante.

Habría nacido cuando aún no eras vegano, y me habría criado sin inculcarme aún ese respeto por los animales.O quizá mi nacimiento se habría hecho esperar un poco, ya que seríais muy jóvenes de yo haber nacido en el 1998. Y, además de haber cambiado mi vida, la vuestra hubiera dado también un giro radical, empezando porque ni os conoceríais.
En el primer caso, creo que no tendría el amor por los animales desde chiquitita que ni yo misma sé de donde he sacado; y perdería una de las cosas que, si no me equivoco, más te gustan de mi.
En el segundo, quizá si lo tuviera, pero sería más de esperar por la educación que me habríais dado. No tendría nada de anormal.
Entonces me quedo sin nada que te pueda parecer medianamente especial de mi.

Vuestra situación económica y localización en el mapa me hacen sospechar que no habría estudiado en mi colegio, donde, de una u otra forma, he conocido a personas que juegan un papel importante en mi vida.
Eso me recuerda otro eslabón más que destacable: mis animales. ¿Habría conocido a alguno de ellos? Quizá me sabría mal, como te ocurre a ti, tenerlos. ¿No habría conocido a mi preciosa y cálida Natasha entonces? ¿Ni a ninguno de mis niños? ¿De verdad me parecería casi malévola la idea de que estuviera encerrada en una jaula?

Y, en cuanto a mi actual familia, supongo que jamás la habría visto. O quizás sí, pero me hubiera pasado desapercibida. ¿Qué habría pesado de mi desaliñado padre al cruzarme con él? Con sus largas barbas y enredado pelo. Sin olvidar su mirada. Ya te dije cuando nos conocimos que me recuerdas a él, aún con barba y pelo cortos.
Tampoco sabría nada de mi arrogante hermana mayor, y mucho menos de la risueña pequeña.
Oh, y seguro que con Natalia no me hubiera faltado nunca una madre... No sabría lo que es perderla.

¿Cómo me llamaría? Seguramente sería conocida por el nombre de Claudia, y mi peculiar Vera nunca saldría a la luz.

Perdón si los defectos son demasiados, obviamente por otro lado están las cosas buenas. La idea es a su vez deliciosa y tentadora.
Me gustaría preguntarte si alguna vez tú también has pensado en tenerme como hija, aunque creo que es un poco egocéntrico por mi parte el pensar que puedo significar tanto para ti.
Desde luego, tú si debes serlo para mí. Piensa que he jugado con la idea de dar un vuelvo a mi vida. Si meditas tanto en las repercusiones que han tenido, tienen, o tendrían ciertas acciones o circunstancias respecto a una persona debe ser porque de verdad la quieres y temes perderla.
En su día te dije "serías un padre estupendo", ahora rectificaría y diría:
A pesar de estos contras, fantasearé con la idea de tenerte como padre. Porque eres estupendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario